Programa de aprendiz de arquitecto del museo
Jueves, 15 de junio de 2017 por
El sábado 3 de junio de 2017, el Museo de la Ciudad de Nueva York organizó un programa de aprendizaje con el Festival Mundial de la Ciencia. Aproximadamente 15 participantes, de 8 a 13 años, aprendices de arquitectos y diseñadores urbanos al pasar la mañana con Laboratorio de la ciudad del futuro La directora Kubi Ackerman, la subdirectora del Centro para Niños Schwarz EY Zipris y científicos voluntarios del Festival Mundial de Ciencias para explorar el papel de los parques en las ciudades.
La primera parada fue Central Park, directamente frente al Museo, el parque urbano más visitado del mundo con 40 millones de visitantes anuales. Los estudiantes midieron la temperatura de varias superficies para ayudar a determinar el efecto de las áreas con vegetación y sombra en la temperatura ambiente general de la ciudad. El agua que se evaporó de una lluvia reciente complicó los resultados, pero lo que quedó claro fue que la sombra de los árboles ayudó a mantener bajas las temperaturas, una función crucial en ciudades como Nueva York, donde la preponderancia de superficies duras, oscuras y absorbentes de calor como los techos de asfalto y alquitrán da como resultado temperaturas que son en promedio más de 7⁰F más altas en los meses de verano que en las áreas circundantes (un fenómeno conocido por los científicos como el efecto Urban Heat Island, o UHI). Esto no es solo una cuestión de comodidad: las temperaturas elevadas en verano pueden ser una cuestión de vida o muerte para los ancianos o enfermos, y pueden exacerbar problemas de salud como el asma. UHI también resulta en un mayor uso de aire acondicionado, lo que les cuesta a los propietarios millones de dólares en costos de energía adicionales por año y genera más emisiones de gases de efecto invernadero.
Por supuesto, es probable que todos estos problemas se vuelvan más graves debido a los efectos del cambio climático: se proyecta que la ciudad de Nueva York experimente entre 32 y 57 días con temperaturas superiores a 90 ° F para 2050, más que el promedio actual en Atlanta. El grupo también discutió cómo los parques proporcionan hábitat para animales, oportunidades recreativas para las personas y la geología del parque, de pie sobre una roca arrasada suavemente por un glaciar masivo hace 20,000 años. Los estudiantes aprendieron que los parques no solo son bonitos de ver, sino que cumplen muchas funciones críticas en la ciudad.
La caminata hacia y desde el parque también resultó esclarecedora, con olmos plantados recientemente (de una variedad resistente a la enfermedad holandesa del olmo) que brindan la oportunidad de hablar sobre la importancia de los árboles de la calle, que proporcionan sombra, ayudan a limpiar el aire (los árboles en La ciudad de Nueva York elimina más de 2,000 toneladas de contaminación anualmente) y ayuda a administrar las aguas pluviales. Las aceras a lo largo de esta sección del parque están hechas de adoquines de concreto. ¿Puede pensar cuál podría ser una de las ventajas de los adoquines en comparación con el concreto vertido? Los estudiantes lo descubrieron de inmediato (pista: tiene que ver con las raíces de los árboles).
Después del experimento y la discusión, los participantes regresaron al Museo para pasar un tiempo en el Future City Lab en Nueva York en su núcleo. Era hora de poner en práctica lo que habían aprendido diseñando un parque, edificio o calle en las innovadoras estaciones de diseño interactivo del Laboratorio y viendo los resultados de sus decisiones. Los diseñadores del parque "pintaron" sobre la cubierta del suelo, decidieron entre concreto, césped, flores y pavimento permeable, y agregaron árboles de varias especies, así como servicios recreativos futuristas, como parques de patinetas flotantes. Los diseñadores de edificios moldearon sus fachadas de edificios y agregaron paredes verdes y paneles solares, mientras que los diseñadores de calles determinaron qué medios de transporte usarían sus calles y agregaron árboles y vegetación a las aceras. En cada caso, trataron de equilibrar el desempeño ambiental con otras métricas, como el costo, las oportunidades de recreación o la seguridad.
Finalmente, los aprendices publicaron sus diseños en el Muro de Creación inmersivo del Laboratorio, y debido a la presencia de tecnología de captura de movimiento, se encontraron en sus propias ciudades del futuro. El programa terminó en la gran mesa de mapas del laboratorio, que mostraba mapas de todos los parques, jardines comunitarios y calles verdes de la ciudad (con medianas plantadas). Aunque el programa de aprendizaje había terminado, muchos de los asistentes se quedaron en el laboratorio, pasando tiempo refinando sus diseños o haciendo otros nuevos, entrenando para ser la próxima generación de diseñadores, planificadores y pensadores urbanos.
Usted también puede ayudarnos a imaginar el futuro de la ciudad visitando este espacio interactivo que explora los desafíos y oportunidades de Nueva York a través de la tecnología. Obtenga más información sobre el Future City Lab.